sábado, 15 de marzo de 2008

El movimiento sindical ante las nuevas formas de organización del trabajo


Los movimientos sindicales a lo largo de la historia, en la relación laboral productor-trabajador, han sido consecuentes en la defensa de sus derechos como fuerza laboral, sin embargo la predominancia de la fuerza capital, ha terminado con las ilusiones de tener las mejores condiciones para incentivar la correcta producción y trabajo. Ello se ha visto influenciado por la cada vez mas competitividad entre los sectores participantes, no es de extrañar que la influencia representativa de la clase obrera merme sus objetivo y tenga o experimente un retroceso en las reivindicaciones ganadas históricamente.

Si se ve desde otra perspectiva, es indiscutible que una parte de los participantes en este caso los obreros, deben acomodarse o acoplarse a las nuevas estrategias y tendencias de producción y trabajo, lo que conlleva a una disminución en la capacidad de absorción de la mano de obra, sea calificada o no, seguido a este proceso el desempleo que surge desencadena exclusión y esta es altamente dañina para la representación sindical, “El modelo económico y social que admite la exclusión anida en su seno su propia destrucción”.

Cuando la representación sindical se vuelve contraproducente con sus objetivos, los de mantener condiciones justas y mayores para sus afiliados, se comienza a experimentar lo que se conoce como Desindicalización, debido primordialmente a la búsqueda por parte de los afiliados de condiciones dignas y que sean efectivamente hechas, hasta por cuenta propia. El caso de la informalidad la cual presenta un mayor porcentaje de ocupación, comparado al mercado formal, muestra de manera clara como existen fracturas en el mercado laboral, y aun mas preocupante es que una de las
mayores dificultades para la empresa es la desconcentración de la fuerza de trabajo, que causa en los sectores productivos de la economía la deslaboralización,

Las gerencias empresariales no cesan de incentivar la individualización por encima de las relaciones colectivas, esto promueve entre el mismo sector una competitividad abrumante y en algunos casos desleal, tomando en consideración que el movimiento sindical no encuentra cabida a la individualidad de intereses de algunos empleados, en contraposición a los intereses colectivos de todos los empleados, sin embargo la misma empresa proyecta este sistema pues se ve favorecida al negociar de cierta forma los intereses individuales y no prestando atención a la necesidad colectiva que le conlleva a mayores costos operativos que se le exigen.

Para los empresarios se les hace mas difícil ejercer decisiones unilaterales con un colectivo organizado, que subordinar con esas decisiones a un empleado cuyos intereses estan bajo su decisión, sin las trabas de las regulaciones laborales y sindicales.


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